El paciente, un niño de doce años, recibió sangre de un donante con una variante genética de inmunidad al VIH

En 2010 la comunidad científica tuvo una grata sorpresa cuando la revista científica Blood avaló los resultados publicados un año antes en el New England Journal of Medicine, que comunicaban que médicos del Hospital Médico Universitario de la Caridad de Berlín habían logrado curar a un hombre, infectado con el virus del Sida y enfermo de leucemia, al someterlo a un trasplante de células madre procedentes de la médula ósea de un donante compatible, con una característica genética de inmunidad al virus del sida, confirmándose años después que el sistema inmunológico del paciente había recuperado su salud normal. Este caso abrió las puertas a encontrar una cura permanente para el VIH con células madre genéticamente modificadas.

Ahora otro equipo médico, en la Universidad de Minnesota (EEUU), ha utilizado una estrategia similar para intentar curar el sida a un niño de 12 años, que nació seropositivo y desarrolló hace varios meses una leucemia infantil. En lugar de realizar un trasplante de médula convencional, John Wagner y su equipo de la Universidad de Minnesota sometieron al pequeño a un trasplante de células madre obtenidas de la sangre de cordón umbilical, al presentar la ventaja que provocan menor rechazo que las obtenidas de la médula ósea

La sangre de cordón utilizada fue también la de una donante compatible con la variante genética que  convierte a quienes la presentan en inmunes a la infección del VIH. Antes del trasplante, sometieron al paciente a quimioterapia y radiación para anular su sistema inmune, y reprogramarlo de nuevo al trasfundir las células madre del cordón. Si en cien días el virus no se puede detectar en la sangre del niño, se retirará la medicación y si continúa indetectable podrían declararle curado del sida.

John Wagner, ha manifestado su entusiasmo, aunque aún no sabe si su apuesta ha tenido éxito. «Lo más esperanzador es que vamos a demostrar que el sida puede ser curado y que la sangre del cordón umbilical es el mejor tratamiento. Hay personas con VIH y leucemia que están esperando estos resultados como un gran avance» El éxito en este paciente podría obligar a la comunidad científica a buscar estrategias potencialmente más seguras, como inducir la variante genética en las propias células madre de los pacientes». Esto permitiría generalizar el tratamiento a mayor número de enfermos.

Fuente: ABC.es, 01 de Mayo de 2013

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