La historia del trasplante de sangre de cordón umbilical comienza en los últimos años de la década de los 80 con un paciente llamado Matthew Farrow, que estaba diagnosticado de anemia de Fanconi y que ya tenía fallo medular. La anemia de Fanconi es una enfermedad genética producida por mutaciones en genes que codifican enzimas responsables de la reparación de DNA y su pronóstico era extremadamente desfavorable en aquella época, falleciendo de insuficiencia medular o de leucemia a no ser que se realizara un trasplante de médula ósea de un hermano HLA idéntico que era el único tratamiento curativo.

Matthew no tenía un hermano HLA idéntico, pero su madre se había quedado recientemente embarazada.

Por aquel entonces, el Dr. Broxmeyer ya conocía por sus investigaciones que la sangre de cordón umbilical tenía un elevado número de células progenitoras hematopoyéticas y que por ello, podría reconstituir la hematopoyesis tras un trasplante y además junto con los Drs. T. Boyre y J Bard, habían creado habían creado una compañía denominada Biocyte, para desarrollar las aplicaciones terapéuticas de la sangre de cordón umbilical y conseguir una patente de la forma de criopreservar el cordón umbilical.

La Dra. A. Auberbach que era una experta en la biología de la anemia de Fanconi y el Dr. Broxmeyer, hablaron con los padres de Matthew que entonces tenía 5 años para comentarles la posibilidad de realizar un trasplante de sangre de cordón de la hermana que iba a nacer.

En primer lugar, se realizó una amniocentesis a la madre del paciente y el material se envió a la Dra. A. Auberbach en la Universidad de Rockefeller en Nueva York para confirmar que el feto (hermano de Matthew) no era afecto de anemia de Fanconi, como así fue.

Otra muestra de la amniocentesis fue enviada para estudio de HLA y se comprobó que Matthew y el feto eran idénticos para este sistema.

Llegados a este punto y ante el inminente nacimiento el Dr. G. Douglas, un obstetra del Hospital de Nueva York, se trasladó a Salisbury durante algunas semanas para atender el parto y recoger el cordón umbilical.

El cordón fue recogido después del nacimiento de la hermana de Matthew, y en la recolección se utilizó heparina como anticoagulante para prevenir que se produjeran coágulos. El cordón fue enviado antes de que transcurrieran 24 horas al laboratorio del Dr. Broxmeyer en el Memorial Sloan Kettering Cancer Center, utilizando como sustancia criopreservante el dimetilsulfóxido y para reconfirmar el tipaje HLA se envió nuevamente una muestra a la Universidad de Duke, que nuevamente demostró la identidad del sistema HLA entre donante y receptor.

La Dra. Elianne Gluckman del Hospital St. Louis en Paris, que era una experta en el trasplante en los niños con anemia de Fanconi accedió a realizar el trasplante y se acordó esperar seis meses por si era necesario utilizar la médula ósea de la hermana en el caso de que fallara el cordón umbilical.

Al cabo de ese tiempo, Matthew, su hermana y sus padres  se trasladaron a Paris para realizar el trasplante, el paciente recibió un régimen de acondicionamiento que consistió en dosis bajas de ciclofosfamida e irradiación linfoide total que era el acondicionamiento específico para los niños con anemia de Fanconi y trasplante de donante idéntico.

El cordón fue transportado por el  Dr. Broxmeyer  y el mismo descongeló el cordón el día de la infusión. Matthew no tuvo complicaciones graves y se injertó el día +19. Desde entonces (30 años) el problema de la insuficiencia medular fue solucionado y se encuentra normal y libre de enfermedad.

Desde entonces, el trasplante de progenitores hematopoyéticos de cordón umbilical, emparentados y no emparentados, (después de los estudios del Dr. P. Rubinstein), se demostró como una alternativa al trasplante de médula ósea. Las  indicaciones del trasplante de sangre de cordón son las mismas que se utilizan para el trasplante de médula ósea, que incluyen enfermedades hematológicas malignas, síndrome de inmunodeficiencia congénita, síndromes de fallo medular, hemoglobinopatías y errores congénitos del metabolismo.

A día de hoy, el trasplante de sangre de cordón es un procedimiento rutinario en muchos hospitales y sabemos que existen más de 800.000 unidades guardadas en bancos públicos y alrededor de 5.000.000 de unidades guardadas en bancos privados,

Pero es que además, los progenitores de sangre de cordón umbilical, parecen tener un uso no hematológico en el contexto de la terapia celular.

Hay evidencias para pensar que el cordón umbilical, pudiera ser utilizado en niños con encefalopatía hipóxico-isquémica, accidente cerebral y autismo, basándose en sus propiedades de señalización paracrina y como promotor de la recuperación endógena vascular.

Aunque estos resultados son preliminares, hay autores entre los que me encuentro, que pensamos que la terapia celular con células derivadas del cordón umbilical es una opción terapéutica para un grupo de enfermedades que comprometen gravemente la vida y que en el momento actual no tienen tratamiento curativo.

Fuente: https://drluismadero.com/oncologia-pediatrica/blog/