En este nuevo estudio los científicos han descubierto cómo se forma un blastocisto, esto es un embrión en un estado de desarrollo avanzado, desarrollado en el quinto o sexto día de cultivo después de la fecundación del óvulo. El blastocisto se compone fundamentalmente de tres partes: el trofoblasto (células que formarán la futura placenta), la masa celular interna (conjunto de células que darán lugar al feto) y el blastocele (cavidad interna rellena de líquido). Se determina si un embarazo llegará a término según cómo se organiza el blastocisto. Además, muestra cómo se forman los órganos e incluso si habrá enfermedades como el Alzheimer en la vida adulta del pequeño. Te contamos todos los detalles sobre el nuevo estudio con células madre que ofrece una nueva forma de estudiar el embarazo y el desarrollo temprano del feto.

Cultivo de células para estudiar el embarazo

Gracias a los investigadores del Instituto Salk y el Centro Médico Southwestern de la Universidad de Texas, se han creado, por primera vez, estructuras similares a los blastocistos de ratón a partir de una sola célula cultivada. Estos blastoides tienen la misma estructura que los blastocistos naturales e incluso pueden implantarse en el útero. 

Estos podrían ayudar a estudiar el embarazo y los problemas relacionados, avanzar en la investigación sobre el desarrollo, la infertilidad o la salud además de problemas posteriores en la vida adulta. ‘Estos estudios nos ayudarán a comprender mejor los comienzos de la vida’. Explica Juan Carlos Izpisua Belmonte, profesor en el Laboratorio de Expresión Genética de Salk.

Los blastocistos naturales, que pueden convertirse en un embrión una vez que se implantan en el útero, son difíciles de estudiar porque los modelos animales, como los ratones, solo producen estas estructuras en pequeñas cantidades. Debido a esto, los científicos no pueden evaluar fácilmente los efectos de la desnutrición o la exposición a toxinas o una variedad de mutaciones genéticas en el desarrollo a un nivel suficiente para el estudio. ‘Este trabajo permitirá realizar importantes investigaciones sobre defectos de desarrollo tempranos’, añade el profesor Jun Wu, de UT Southwestern, quien dirigió el estudio.

Los blastoides: una nueva forma de estudiar el embarazo

Los investigadores colocaron las células iPS en pequeños grupos en un medio de cultivo especial donde pronto formaron conexiones entre sí para formar blastoides. Las células comenzaron a formar estructuras similares a la etapa de desarrollo antes de que un óvulo fertilizado se convierta en un blastocisto.

Los blastoides contenían los mismos tres tipos de células primordiales (de donde provienen todas las células de un organismo adulto) que se encuentran en los blastocistos naturales, según citan en el artículo de Medical Press. También tenían un tamaño similar al de los blastocistos naturales y mostraban una firma genética similar. Otros experimentos indicaron que los blastoides podrían desarrollarse también en estructuras que se asemejan a los embriones tempranos posteriores a la implantación.

‘Esta tecnología podría conducir a la generación de blastoides completamente funcionales capaces de desarrollarse hasta las etapas en que se forman diferentes órganos primordiales y, por lo tanto, ser las semillas de organoides que podrían usarse como fuentes invaluables para el trasplante de órganos’, agrega Belmonte.