Jack nació en el hospital Mount Sinai y no respiraba. Los médicos intentaron reanimarlo salvándole la vida pero a causa de la falta de oxígeno al cerebro y a otros órganos vitales, Jack desarrolló encefalopatía hipóxico-isquémica (EHI).

Los padres se pusieron en contacto con el banco de células madre de Toronto donde  conservaron la sangre y el tejido del cordón umbilical de Jack. Tras varias  reuniones con el director de laboratorio, el Dr. Ayub Lulat, y especialistas neonatales del Hospital for Sick Children de Toronto, estuvieron de acuerdo realizarle un procedimiento experimental.

Con solo 12 días de edad, Jack recibió un trasplante con sus propias células madre, convirtiéndose en la persona más joven sometida a terapia en Canadá y la primera en el país en ser tratada de EHI con células madre. Y según los expertos en células madre este puede suponer el inicio de una nueva etapa en el tratamiento de encefalopatía hipóxico-isquémica, el autismo y otros trastornos cerebrales. Unos días después del trasplante, Jack estaba libre por primera vez de múltiples líneas intravenosas y bebiendo de un biberón mientras su madre le acunaba en brazos.

Jack, que celebró su segundo cumpleaños este verano. Tiene parálisis cerebral pero su desarrollo ha superado las expectativas de los médicos y demuestra cada vez más destreza. Kim, la madre de Jack, predice que su próxima resonancia magnética reflejará ese cambio. “Creemos que el trasplante de sus células madre ha jugado y sigue jugando un papel importante en su progreso”.

La Dra. Joanne Kurtzberg, investigadora pionera en la Universidad de Duke, está llevando a cabo ensayos clínicos para determinar si la sangre del cordón puede ayudar a la reparación del cerebro en pacientes que han sufrido un derrame cerebral, parálisis cerebral, EIH y autismo. Su ensayo de Fase I determinó que la terapia es segura.

 

Fuente:  news.nationalpost.com, Noviembre 2016