Las personas seropositivas podrían contar con una alternativa al cóctel de fármacos con el que mantienen el virus del sida a raya. Médicos de la Universidad de California en Los Ángeles (EE.UU.) han presentado los resultados esperanzadores del primer ensayo clínico de una terapia génica para luchar contra el sida. El tratamiento parece seguro y mejora el estado del sistema inmune de los pacientes, según publican hoy en la revista «Nature Medicine».

La terapia génica se probó en 74 adultos infectados por el VIH, el virus del sida. Treinta y seis pacientes recibieron placebo (sustancia que por sí misma carece de acción terapéutica) y 38 voluntarios la nueva terapia génica. El equipo de Ronald Mitsuyasu empezó su tratamiento aislando células madre de su sangre que pueden madurar y convertirse en diferentes tipos de glóbulos blancos, incluidos los que pueden atacar al virus del sida. Después se sirvieron de un virus no dañino para utilizarlo como «taxi» biológico.

Este vector transportó las células madre obtenidas de la sangre junto a un gen que fabrica una molécula llamada ribozima, una «tijera molecular» que se dirige contra el VIH. El objetivo era que esta molécula atacara dos proteínas clave relacionadas con el VIH y evitara la replicación viral. Un año después del tratamiento, no había diferencias estadísticas entre el grupo placebo y los voluntarios que recibieron la terapia. Pero dos años después, sí se percibieron cambios.

La terapia génica logró mejorar el sistema inmune de los pacientes y subir el recuento de linfocitos CD4. Estas células son las responsables de la respuesta inmune, y se agotan por el VIH. El ensayo demuestra también la seguridad de la estrategia, uno de los grandes caballos de batalla de la terapia génica.

Eficaz con un único tratamiento
Ronald Mitsuyasu, investigador principal, cree que la terapia génica podría convertirse en «una opción atractiva» para tratar el sida. Y detalla sus ventajas en su artículo: «Con un único tratamiento reduce la carga viral del paciente, preserva su sistema inmune y evita los tratamientos convencionales con antirretrovirales». Estos medicamentos han logrado convertir en crónica una enfermedad mortal, pero están asociados a una elevada toxicidad.
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Fuente: Revista Nature Medicine 15/02/09