Científicos británicos del University College de Londres han presentado un estudio cuyos resultados revelan que células madre de la médula espinal, genéticamente modificadas, son una posible terapia para eliminar tumores y cáncer.

Las células madre adultas, llamadas mesenquimales, podrían ingresar en las células cancerosas y administrarles una proteína letal que ataca sólo a los tumores, mientras que evita al tejido normal saludable.

«Básicamente, combinamos dos piezas de investigación. La primera es que las células madre mesenquimales tienen una capacidad innata de detectar los tumores a través del cuerpo», dijo el doctor Michael Loebinger, del University College de Londres, quien presentó sus hallazgos en una conferencia de la Sociedad Torácica Estadunidense, en San Diego.

El experto, junto con el doctor S. M. Janes y otros colegas alteraron a las células para que expresen o generen la proteína anticancerígena denominada TRAIL.

«Esta proteína tiene la capacidad de causar la muerte sólo de las células cancerosas. Combinando estos dos enfoques, obtenemos una célula que puede ir por el cuerpo y hallar y destruir los tumores», indicó Loebinger.

Estudios sobre cultivos celulares mostraron que este material genéticamente modificado lograba encontrar y eliminar las células del cáncer pulmonar, mamario, de células escamosas y de cuello de útero. «Muchos cánceres tienen sensibilidad a esta proteína TRAIL», manifestó el autor.

Los expertos también inyectaron las células madre en ratones con tumores en el pecho y demostraron que podían exterminar de manera segura los tumores, dejando intacto el tejido saludable. «Cuando administramos esta terapia, el 38 por ciento de los tumores fue eliminado por completo», dijo Loebinger.

El experto indicó que el objetivo sería desarrollar un tratamiento de base celular contra el cáncer para los humanos, el cual apunte específicamente a las células cancerosas.

Una propiedad atractiva de estas células es que son «inmunoprivilegiadas», lo que significa que el cuerpo no las rechaza como si fuesen invasores externos. Esto implica que pueden crearse en lotes generales en lugar de tratamientos personalizados para cada paciente, explicó Loebinger, quien dijo que se necesitarían una serie de estudios sobre la seguridad, pero que el equipo espera que los ensayos con personas comiencen en dos o tres años.

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Fuente: La Tercera 20/05/09