Científicos del Centro Médico del Hospital Infantil de Cincinnati, en Estados Unidos, y la Universidad de la Ciudad de Yokohama (Japón) han desarrollado islotes pancreáticos a partir de células madre humanas, que producen insulina para controlar los niveles de azúcar en la sangre, y que han resultado eficaces en el tratamiento de la diabetes tipo 1 en modelos animales (ratones), lo que podría suponer una prometedora estrategia para curar este trastorno endocrino.

La diabetes tipo 1 es una enfermedad crónica que puede provocar graves complicaciones cardiovasculares y oculares, entre otras, y que se produce como consecuencia de la destrucción de las células beta de los islotes pancreáticos, lo que impide la producción de insulina. Por ello, restaurar los islotes del páncreas, y con ellos sus células beta, permitiría que se volviese a producir insulina, cuya función es que las células capten la glucosa que circula en la sangre para producir energía.

Para realizar el estudio –publicado en Cell Reports–, los investigadores utilizaron una técnica de bioingeniería en la que usaron dos tipos diferenciados de células progenitoras embrionarias humanas: células madre mesenquimales (MSN) y células del endotelio vascular del cordón umbilical (HUVEC), y las combinaron con células humanas de diferentes órganos, como el páncreas, con células de ratón de varios órganos, y con células madre pluripotentes inducidas (IPS).

A esta combinación de células le añadieron un ‘cultivo celular de condensación’ con el objetivo de elaborar el tejido de los islotes pancreáticos, que fueron trasplantados en un modelo de ratón al que previamente le habían provocado una diabetes tipo 1 grave. Los resultados mostraron que los nuevos islotes pancreáticos curaron por completo la enfermedad.

Hideki Taniguchi, que ha codirigido el estudio, ha afirmado que sus hallazgos demuestran que el sistema de cultivo celular de autocondensación fomenta la vascularización de los tejidos, lo que es necesario para asegurar el suministro de sangre que nutre a estos tejidos una vez trasplantados, y favorece el éxito del trasplante.

De hecho, las investigaciones científicas están actualmente orientadas a desarrollar un páncreas artificial, que pueda controlar automáticamente la cifra de glucosa mediante algoritmos matemáticos con la capacidad de interpretar las cifras de glucosa y sus fluctuaciones, y de tomar decisiones de manera automática respecto a la infusión de insulina necesaria sin la intervención del paciente, tal y como explicó el Dr. Ignacio Conget, jefe del Servicio de Endocrinología del Hospital Clinic de Barcelona, durante la V edición del ‘Diabetes Experience Day’ celebrado el mes pasado en Barcelona.

Fuente: Websconsultas, Cell Reports