Nace en Andalucía el tercer bebé libre de enfermedad hereditaria, que permitirá, con la sangre de su cordón umbilical, curar a su hermano, aquejado de beta-talasemia, una enfermedad hematológica. Sus padres han pedido que se salvaguarde su identidad y se haga todo en la más estricta intimidad. No quieren cámaras, ni fotos, pero están a punto de sumar a su hijo a la lista de “supervivientes inesperados” que atesora el equipo de Genética, Reproducción y Medicina Fetal que dirige Guillermo Antiñolo.

El hermano mayor no sabe de la gravedad de su enfermedad, llamada Shwachman-Diamond. No sabía que estaba volviendo a nacer cuando el miércoles sus padres se fueron al hospital. Ni en su entorno familiar menos cercano, ni la mayoría de compañeros de su colegio, conocen que está muy enfermo y que tendrá su oportunidad cuando en los próximos meses se someta a un trasplante de sangre de cordón umbilical de su hermana.

El éxito es del equipo de Guillermo Antiñolo, que lidera a unas cinco personas en un grupo que crece hasta los doce profesionales, en un caso como éste en el que se implican muchos departamentos del hospital público. La bebé nació hace menos de 48 horas tras un embarazo muy vigilado y tenso pero lleno de esperanza. El primer hito fue una fecundación in vitro en la que, mediante la técnica del diagnóstico genético preimplantatorio, ya se sabía que el embrión estaba libre de la enfermedad hematológica que sufre su hermano. Además, en su caso se dio un paso más, al asegurarse de que su perfil de histocompatibilidad (HLA) la convertía en la donante de médula idónea para su hermano. Debía tener el mismo grupo sanguíneo y el mismo sistema de defensas para reducir al mínimo el rechazo.

El investigador Guillermo Antiñolo explicó que a los tres días de conseguir el embrión se toma una célula que permite mediante un análisis genético saber si está libre de la enfermedad y su antígeno, que mide el grado de compatibilidad con el paciente que va a recibir el transplante. En este caso, se dio con un embrión cien por cien compatible y eso es casi prácticamente imposible. Casi un milagro, con permiso de la ciencia.

«Todo llega». El pasado miércoles se programó la césarea con el embarazo a término y el cordón umbilical está ya en un banco público en Málaga

“Esta es una de esas historias que vivimos que tiene mucho de viaje”, explicó Antiñolo. No sólo hay que conseguir el embrión y el embarazo. Después, éste tiene que llegar a buen término “en condiciones muy exigentes” y sólo cuando el bebé alcance el peso adecuado se puede programar la cesárea para garantizar la extracción más segura del cordón umbilical, otro momento clave, cuyas células permitirán a su hermano contar con una nueva médula.

“Pero todo llega”, narró el especialista. Fue el día 11 de octubre por la mañana y sobre las seis y media de la tarde todos, el equipo médico y la familia, por fin pudieron respirar tranquilos después de meses de mucha tensión. “A esa hora tuvimos los resultados y todos nos relajamos un poco”, contó Antiñolo. Ese bebé salvará a su hermano cuando en unos meses, la intervención aún no está programada, se haga el trasplante. Mientras tanto, la sangre de su cordón umbilical está ya en el banco público de Málaga.

 

Fuente: El confidencial, Octubre 2017